La oferta de relojes deportivos de acero inoxidable con brazalete integrado no se detiene. Zenith lanza al mercado el siguiente competidor: el Defy Skyline. Lo que a primera vista parece el quincuagésimo homenaje al Royal Oak, en el fondo es un reloj independiente tanto histórica como técnicamente. Pero, ¿es eso suficiente para mantenerse en un área de mercado que aumenta de modelos cada semana en todas las categorías de precios? ¿Quedará el Zenith Defy Skyline arrinconado en algún lugar entre el Tissot PRX y el Audemars Piguet Royal Oak? Veamos con más detalle esta novedad lanzada por Zenith y aclaremos cuánto hay de El Primero en el Skyline y de dónde viene el nombre Defy.
¿Qué implica «Defy» en el modelo Zenith Defy Skyline?
Básicamente, hay que distinguir entre los Zenith Defy de antaño y los actuales. Cualquiera que escuche «Zenith Defy» y que haya tratado con la marca en el pasado reciente pensará ante todo en los cronógrafos de 50 Hz, que, gracias a sus dos escapes separados, combinan una reserva de marcha con la capacidad de medir intervalos a la centésima de segundo. El movimiento El Primero 21 instalado no es en realidad un El Primero, sino que se basa en la tecnología del Tag Heuer Mikrograph, que desapareció del mercado hace algún tiempo, pero cuya tecnología la está reutilizando ahora el Grupo LVMH.
Cuando escucha Zenith «Defy«, puede que también piense en el Defy Lab, presentado en 2017, en el que Zenith introdujo un nuevo tipo de sistema oscilante que no incluía ni volante ni espiral, pero sí un oscilador monolítico de silicio con impresionantes valores de frecuencia. En 2019, el modelo siguió bajo el nombre de Zenith Defy Inventor. No hace falta decir que ambos relojes comparten el nombre de marca de El Primero, pero no el movimiento real.
El trabajo pionero del Defy original
Todos los modelos Defy del pasado reciente no tienen prácticamente nada que ver con el Defy Skyline. Para llegar a los orígenes del legado del Skyline, tenemos que retroceder bastante más allá de 2017. Casi medio siglo antes, hasta 1969, año en el que Zenith presentó un reloj que, desde la perspectiva actual, estaba tan adelantado a su tiempo que incluso fue el primer reloj de su clase que anticipó al mito de Audemars Piguet Royal Oak.
Así es: el Defy A3642 original de Zenith apareció varios años antes que el Royal Oak de Audemars Piguet y anticipó algunas de las características de diseño de este tipo de relojes que se asocian principalmente con el Royal Oak y el Nautilus de Patek Philippe. Todo se puede identificar: desde la distintiva caja poligonal hasta el brazalete de acero y el aspecto deportivo. Aunque no haya una lista escrita de cuáles son los requisitos para este tipo de relojes deportivos de acero inoxidable, se podría decir que solo hay uno, tal vez decisivo, que no fue cumplido del todo por el Defy: el brazalete no está «integrado», es decir, no se funde ni tiene una transición continua y sin fisuras con la caja. Sin embargo, esto sería inusual porque se trataba del llamado brazalete «escalera», cuyo nombre hace referencia al hecho de que parece una escalera con peldaños, incluidas las fisuras. El llamativo brazalete fue una aportación del renombrado fabricante ginebrino Gay Frères, cuya colección ha contado con muchos de sus diseños creativos. Probablemente debido a que la firma fue adquirida por Rolex antes del cambio de milenio para promover la integración vertical de la producción, los brazaletes vintage de Gay Frères alcanzan precios considerables. Puede comprobarlo usted mismo aquí en Chrono24.
En el modelo A3642 de 1969, late un movimiento automático Zenith 2552PC que tiene una frecuencia moderada de 3 Hz. Una reedición detallada, el Defy A3642 Revival, precedió al anuncio del Defy Skyline. Aparte de las diferencias de diseño, el Revival se basa en un Zenith Elite 670, un movimiento automático muy plano de los años 90. No es el caso del Skyline, del que ahora hablaremos en más detalle. Pero antes, unas palabras sobre la historia y la importancia del El Primero en Zenith.
Zenith y El Primero: un breve repaso
Toda la identidad de la marca Zenith gira en torno a El Primero, un movimiento más asociado al declive y al renacimiento de los relojes mecánicos que cualquier otro. Gracias a que Charles Vermot, un empleado con visión de futuro, salvó los medios de producción de ser desechados por el propietario de Zenith en ese momento, la arquitectura básica del cronógrafo de alta frecuencia sigue impulsando gran parte de la gama de modelos de la marca en la actualidad. De entre los competidores en la «carrera» por conseguir el primer cronógrafo automático, los movimientos de los rivales hace tiempo que desaparecieron del mercado. Solo el Primero pudo sobrevivir a la crisis del cuarzo y a los años siguientes, en parte porque encontró clientes externos, por ejemplo en Ebel, Daniel Roth, así como Rolex.
Una versión modificada del El Primero (que, entre otras cosas, tiene una frecuencia más baja) sustituyó a los movimientos Valjoux en la colección Rolex Daytona. En la actualidad, el Daytona alberga desde hace tiempo un movimiento de manufactura de Rolex, mientras que Zenith incorpora en sus propios modelos diferentes desarrollos del movimiento El Primero.
¿Cuánto de El Primero late en el Defy Skyline?
¿Cuánto de este rico patrimonio se incluye en el Skyline? En el Defy Skyline late El Primero, pero hay otros componentes en el movimiento El Primero 3600 que los que encontramos también en el calibre del Zenith Defy Skyline llamado 3620. Al contrario de lo que sugiere su nombre, el 3620 no es una versión ampliada del 3600, sino una forma degradada de la actual iteración del cronógrafo El Primero que se ha convertido en un movimiento de tres agujas. Para ello, se han eliminado todos los componentes que normalmente se encargan del control del tiempo. En concreto, esto significa que no se incluye rueda de pilares, ni embrague, ni discos helicoidales, ni contadores y, por supuesto, tampoco los totalizadores correspondientes en la esfera.
Así pues, no estamos ante un movimiento de 5 Hz desarrollado desde cero, sino ante un derivado del «verdadero» El Primero, que hace gala de su alta frecuencia con la inusual y a la vez poco sensata complicación del totalizador de diez segundos. Algunos se muestran encantados con esta función, pero los aficionados a la mecánica y los puristas no son del mismo parecer. Tienen una buena razón para pensar así porque un movimiento que se hizo originalmente para un cronógrafo no puede aprovechar al máximo sus puntos fuertes como movimiento de tres agujas. Por ejemplo, el 3620 del Zenith Defy Skyline —al igual que el 3600 de los cronógrafos Zenith— ofrece 60 horas de reserva de marcha. Cabría esperar que los elevados pares de giro que un cronógrafo exige al calibre para garantizar la estabilidad de la amplitud, incluso cuando está engranado, se utilizaran adecuadamente en otra versión de tres agujas. Sin embargo, esto requeriría una adaptación más amplia del diseño, por lo que Zenith presumiblemente decidió seguir con el diseño anterior.
Lo que está claro es que el Zenith Defy Skyline continuará generando posiciones encontradas. Aquellos que no miran la relojería con una estricta lupa y pueden disfrutar de trucos extravagantes como el totalizador de diez segundos estarán contentos con este reloj. En cambio, los obsesionados por el detallismo, que valoran especialmente el significado del diseño y las funciones del movimiento, se inclinarán por los cronógrafos de la casa Zenith, de eficacia probada.
