Audemars Piguet, que cuenta ya con casi 150 años de historia, ha estado en la cumbre de la relojería desde su fundación.
Uno de los secretos que se esconden detrás del éxito de la marca es que todavía está en manos de los descendientes de sus fundadores Jules Louis Audemars y Edward August Piguet. El Sr. Audemars y el Sr. Piguet establecieron unos estándares muy altos para sus relojes, y la empresa ha seguido creando ejemplares más refinados, más precisos y más complicados a lo largo de los años.
Hoy en día, Jasmine Audemars preside la junta directiva de la empresa, y Olivier Audemars es el vicepresidente. Bajo su liderazgo, al igual que el de las generaciones anteriores, la marca se mantiene en la cúspide de la alta relojería. Echemos un vistazo a la historia de la marca, repleta de éxitos.
El nacimiento de Audemars Piguet: relojes de bolsillo y realeza
En el siglo XVII, antes de la llegada de los relojes de pulsera, Audemars Piguet, como todos sus contemporáneos, fabricaba relojes de bolsillo, de pared y colgantes. Los relojes de bolsillo de la marca solían estar ricamente decorados con grabados, esmaltados y piedras preciosas. Las familias europeas de prestigio y la realeza le encargaban relojes a menudo. Durante esta época, Audemars Piguet desarrolló y refinó movimientos complicados para sus relojes de bolsillo, incluyendo un cronógrafo ratrapante, uno con repetición de cuartos y un calendario perpetuo.
Audemars Piguet y la perfección del reloj de pulsera
Avancemos hasta las décadas de 1920 y 1930. El negocio de Audemars Piguet estaba en auge. La marca confeccionaba elegantes relojes de pulsera tanto para damas como para caballeros. Para ellas, la forma ovalada de la caja, tipo tonel, encarnaba la feminidad, al igual que los relojes engastados de diamantes con brazaletes decorados con estas mismas piedras preciosas, que servían a la vez de joya y reloj. Entre los relojes para hombres de este periodo destacan aquellos con complicaciones de cronógrafo y fase lunar. Los modelos con forma rectangular eran especialmente populares. Además, Audemars Piguet creó el primer reloj esqueletizado en 1934, con lo que añadió otra baza más a su catálogo.
Los años 40 fueron unos tiempos llenos de innovación para Audemars Piguet. En 1946, la marca desarrolló el calibre más fino jamás creado para un reloj de pulsera (en aquella época). Se trataba de un movimiento de cuerda manual de tan solo 1.64 mm de grosor. La delgadez del calibre hizo que fuera posible alojarlo dentro de auténticas monedas de oro.
En la década de 1950, Audemars Piguet llevó su movimiento ultrafino un paso más allá y creó un reloj esqueletizado y otro con calendario perpetuo. Las esferas asimétricas tuvieron mucho éxito entre los coleccionistas. El reloj Millenary, que también posee una caja asimétrica, llegaría a convertirse en una pieza clave e icónica de la marca.
El nacimiento de un icono: Audemars Piguet lanza el Royal Oak
Audemars Piguet siguió innovando y perfeccionando sus relojes en los años 60. No obstante, se podría considerar que el momento más significativo para la marca llegó en 1972 con la introducción del octogonal Royal Oak, que dejó al mundo relojero boquiabierto cuando debutó en el Basel Watch Show anual.
«La revolución en el diseño y apariencia provocada por la introducción del Royal Oak en 1972 probablemente representa el mayor desafío que Audemars Piguet jamás haya asumido: crear un modelo deportivo de acero que siguiera siendo un reloj de lujo», escribió François Chaille en su libro AP Audemars Piguet de 2011.
Históricamente, el octógono es un símbolo de renacimiento y resurrección, y no cabe duda de que el Royal Oak le ha hecho justicia en su trayecto hasta convertirse en el reloj más icónico de la marca. Ha constituido la esencia de Audemars Piguet durante 50 años. El modelo que causó tanto revuelo allá por 1972 continúa siendo un favorito entre los coleccionistas y un grial para muchos a día de hoy. A medida que el reloj ha ido evolucionando, Audemars Piguet ha experimentado con nuevos metales y materiales, incluyendo el tántalo, el carbono forjado, la alacrita y otros. Los Royal Oak modernos abarcan desde ejemplares de oro con diamantes engarzados hasta relojes deportivos de titanio con correas de caucho.
El Royal Oak está disponible en múltiples variantes: desde movimientos que solo indican la hora hasta las mayores complicaciones imaginables y cualquier cosa entre medias. Los cronógrafos son una gran opción para este modelo deportivo, aunque hay quien prefiere un tourbillon o un calendario perpetuo esqueletizado.
Lo último: la serie del 50.º aniversario del Royal Oak
Según la marca, los últimos relojes de Audemars Piguet lanzados para el 50.º aniversario del Royal Oak presenta «ligeras adaptaciones ergonómicas en el diseño de la caja, el brazalete y la esfera». Pero ¿qué es lo que hace que estos relojes sean diferentes? Pues bien, el fondo de la caja está algo más integrado en la caja para aumentar su comodidad, y los eslabones del brazalete son más estrechos, tanto a nivel de grosor como de anchura. Los coleccionistas del Royal Oak sin duda sabrán apreciar la mayor comodidad que aportan estas modificaciones.
