Seiko relojes de cuarzo

El 25 de diciembre de 1969, Seiko inició una pequeña revolución en la industria de la relojería lanzando el primer reloj de cuarzo del mercado producido en serie: el Astron 35SQ.

Desde entonces, el gigante japonés continúa desarrollando la tecnología del cuarzo. En 1988, lanzó el primer reloj con "Automatic Generating System", una tecnología que actualmente se denomina Kinetic, con principio de funcionamiento basado en un rotor que no carga el muelle, sino que genera energía eléctrica con la que alimenta un acumulador de litio, proporcionando energía al movimiento.

Otra gran innovación de Seiko fue la tecnología Spring Drive. En este caso, utiliza un calibre mecánico automático que, en lugar de un sistema de escape convencional, está dotado de una unidad de cuarzo.

La colección Grand Seiko ofrece relojes de alta calidad que, en un principio, contaban con movimientos exclusivamente mecánicos. Sin embargo, desde hace algunos años, la colección también ofrece relojes de cuarzo. Los calibres que se alojan en los relojes de esta serie pertenecen a la familia 9F, que se lanzaron en el año 1993 y se distinguen por su excepcional precisión, presentando una desviación máxima de +/-10 segundos al año. El segundero se alinea perfectamente con la escala y no “salta” gracias a una rueda de regulación adicional. Las oscilaciones de temperatura se miden constantemente y se corrigen las impresiones de la marcha. Estos calibres se resguardan en el interior de clásicas y elegantes cajas fabricadas en acero con brazaletes del mismo material.

Los relojes más asequibles de la línea Grand Seiko cuestan actualmente unos 1650 euros. Por este precio, puede hacerse a un Grand Seiko SBGX261 nuevo provisto de una caja de 37 mm y el calibre 9F62.

El Seiko Astron 35SQ fue el primer reloj de cuarzo del mercado. En 2009, la casa reeditó este modelo, presentando la referencia S23617J1, una edición limitada conmemorativa. En el interior de la imponente caja negra de 41 mm fabricada en titanio, late el calibre 9F62, uno de los movimientos de cuarzo más moderno del mercado. Esta pieza incluye una correa de silicona negra, ofrece solo 200 ejemplares y su precio es de 3500 euros aproximadamente.

Seiko sigue equipando los modelos Astron actuales con movimientos de cuarzo. Sin embargo, ahora, algunos también cuentan con la tecnología solar y GPS. Estas tecnologías respetuosas con el medio ambiente no solo hacen uso de la luz solar para proporcionar la energía necesaria al reloj, también conectan con cuatro (o más) satélites GPS para ajustan automáticamente la hora según la zona horaria en la que se encuentren. Además, ofrecen un calendario perpetuo programado hasta el 28 de febrero de 2100 y una función de horario de verano.

Los modelos se diferencian según sus complicaciones. Por ejemplo, el Astron GPS Solar Chronograph con la referencia SSE003J1 dispone de una función de cronógrafo capaz de medir tiempos hasta 6 horas. El precio de este reloj ronda los 1590 euros.

El Astron GPS Solar Dual Time alberga el calibre 8X53 y permite visualizar una segunda zona horaria en una subesfera colocada a las 6 en punto. La versión SSE077J1 con una caja y un brazalete de acero inoxidable cuesta unos 1250 euros.

El Astron GPS Solar también está disponible con una función de gran fecha posicionada a la altura de las 12. Entre los modelos más interesantes destacamos el Astron GPS Solar World Time Novak Djokovic Limited Edition referencia SSE143J1 , una edición limitada que aloja el calibre 8X42 y ofrece una imponente caja de 45 mm fabricada en acero inoxidable que posee una capa de revestimiento duro de color negro y combina una correa de silicona del mismo color. Su precio ronda los 1590 euros.

Los modelos de la colección Prospex son populares entre los amantes de los deportes extremos, en particular por los submarinistas. Por ejemplo, el Prospex Solar Chronograph Diver Limited Edition SBDL045 es un reloj que ofrece 200 m de resistencia a la presión. Aloja el calibre de cuarzo solar V175 que, con un indicador de 24 horas, ofrece una función de cronógrafo para tiempos de hasta 60 minutos. Su precio alcanza los 430 euros.

El reloj de buceo Prospex Kinetic GMT Diver's está provisto del calibre 5M85 que funciona con la tecnología Kinetic. Es decir, un mecanismo que genera la energía a través del movimiento cinético. La versión SUN019P1 con un brazalete de acero inoxidable cuesta unos 400 euros, mientras que la versión con la referencia SUN019P2 con una correa de uretano asciende a los 450 euros.

Si prefiere los relojes clásicos y ultraplanos, échele un vistazo a los modelos de cuarzo de la colección Premier. Gracias al calibre 7N39, estos ejemplares de dos agujas ofrecen una caja de acero de solo 6 mm de altura. Con una esfera de color blanco, una ventana para la fecha a la altura de las 6 y una correa de piel, el SKP395P1 cuesta alrededor de 250 euros.

Con una caja de 11 mm de grosor, los modelos Premier Solar también ofrecen cajas bastante planas. Estos relojes funcionan con la energía de la luz y, por lo tanto, no necesitan pilas. Como estos relojes se alimentan a través de la luz, no es necesario preocuparse por el cambio de pilas. Un SNE455P1 de esfera negra y con un brazalete de acero inoxidable ronda los 280 euros.

En la colección Premier, Seiko también presenta varios modelos con tecnología Kinetic y calendario perpetuo. El calibre 7D56 incluye un indicador de los meses y los años bisiestos a las 6 en punto, la gran fecha a la altura de las 12 y, entre las 3 y las 4, posiciona el indicador de 24 horas. Un Premier Kinetic Perpetual SNP143P1 con un brazalete de acero inoxidable alcanza el rango de los 550 euros.

Actualmente, la colección Seiko Sportura también apuesta por la tecnología del cuarzo. El Sportura GPS Solar World Time, por ejemplo, aloja el calibre solar 8X22. Este reloj ofrece, junto a una función de hora universal y de horario de verano, un calendario perpetuo programado hasta el 28 de febrero de 2100, así como un ajuste automático de la hora a través de GPS cuando se encuentra en otras zonas horarias. El precio de un SSF003J1 con un brazalete de acero inoxidable es de 750 euros.

El Sportura Perpetual Solar Alarm Chronograph SSC357P1 ronda los 400 euros. Este reloj no solo ofrece un calendario perpetuo, también está provisto de una función de cronógrafo y de alarma.

Por último, no podemos olvidarnos del Sportura Kinetic GMT. Un reloj dotado de una ventana para la fecha a las 3 y un segundo huso horario. En este caso, Seiko apuesta por la tecnología Kinetic alojando el calibre 5M85. El precio de un SUN015P1 con un brazalete de acero inoxidable se encuentra en el rango de los 350 euros.

Cada reloj necesita un regulador de impulsos para funcionar. En el caso de los relojes mecánicos, el responsable es el escape. Por su parte, los relojes de cuarzo funcionan con un cristal de cuarzo —de ahí su nombre—. A finales del siglo XIX, se descubrió que ciertos metales y cristales son materiales piezoeléctricos que pueden convertir la tensión mecánica en eléctrica. Este principio también funciona a la inversa: al ser sometido a un campo eléctrico, el cristal se deforma.

Esto significa que, al ser expuesto a una tensión eléctrica, el cristal de cuarzo comienza a oscilar. Así es como funciona un reloj de cuarzo. Los cristales en forma de diapasón son los más adecuados. Sin embargo, algunos mecanismos más baratos, utilizan cristales de cuarzo en forma de barra, mucho más fáciles de producir.

No obstante, cabe señalar que la forma del cuarzo no importa, porque siempre proveerá al reloj de una frecuencia constante. La mayoría de los relojes de cuarzo modernos ofrece una frecuencia de 32 768 Hz. Un microprocesador divide la alternancia del cristal en pulsaciones por segundo, transmitiendo esta señal a un motor de paso que hace que las agujas se muevan.

Los relojes de cuarzo necesitan una fuente de energía eléctrica. En los relojes más simples, esta energía proviene de una pequeña pila. Una vez que se gasta, la pila debe sustituirse. En sí, para ello no es necesario invertir mucho dinero, sin embargo, requiere tiempo y, además, es poco ecológico.

A día de hoy, muchos relojes de cuarzo modernos incluyen celdas solares que transforman la luz en energía eléctrica, y se almacena en pequeños acumuladores o baterías. La energía cinética es otra excelente alternativa. En este caso, el movimientos del brazo del portador, pone a funcionar el rotor —como ocurre en un reloj mecánico de cuerda automática—. Sin embargo, en lugar de cargar un muelle, la energía eléctrica generada se almacena en una batería de litio que, a su vez, proporciona energía al movimiento.

En sus inicios, los relojes de cuarzo se caracterizaron por ser grandes, pesados ​​y difíciles de transportar. Sin embargo, en 1969, tras diez intensos años de desarrollo, los ingenieros de Seiko crearon un circuito integrado y un motor de paso que podía alojarse en un reloj de pulsera. Este ejemplar no solo destacó por ofrecer mayor precisión que los relojes mecánicos, también contaba con más autonomía. De hecho, ni siquiera el precio, que en ese momento correspondía al de un automóvil pequeño, pudo detener la historia de éxito del reloj de cuarzo.

Con los años, su valor cayó rápidamente y los relojes de cuarzo se convirtieron en un producto de masas. Un fenómeno que las grandes manufacturas relojeras como Patek Philippe, TAG Heuer, Breitling o Omega no pudieron ignorar. Incluso Rolex llegó a ofrecer durante algún tiempo relojes de cuarzo en su catálogo. Un Rolex Oyster Quartz Datejust, referencia 17013, en buen estado de conservación, cuesta actualmente alrededor de 3000 euros.

La crisis del cuarzo causó un profundo desequilibrio en la industria relojera suiza que duró desde finales de la década de 1970 hasta mediados de la década de 1980. Con la feroz competencia japonesa que suministró millones de relojes baratos y fiables, causó daños irreparables a muchas manufacturas que con el tiempo quebraron. Incluso, la propia casa Seiko cesó temporalmente la producción de sus relojes mecánicos Grand Seiko en 1975.