La industria relojera es, en ocasiones, un mundo extraño y maravilloso al mismo tiempo. Hay un grupo cada vez mayor de coleccionistas que busca piezas de exclusiva calidad creadas por pequeñas marcas relojeras independientes. Por supuesto, tras esta afición existe un motivo muy racional. Tenga en cuenta que hay un elevado número de fabricantes de relojes, de enorme reputación y catálogo, que son propiedad de grupos empresariales como el Richemont Group, por ejemplo IWC y Jaeger-LeCoultre, o el Swatch Group, por ejemplo Omega y Breguet, solo por nombrar unos pocos. También hay grandes marcas de relojes que no forman parte de ningún conglomerado, como Rolex, Patek Philippe, Audemars Piguet o Breitling. Estas últimas son probablemente una excepción y realmente podrían ser consideradas como marcas independiente, aunque producen una cantidad tan sumamente elevada de modelos y unidades que están casi a la altura de los grupos empresariales más complejos.
En mi opinión, hay diferentes niveles de marcas relojeras independientes. Están quienes diseñan un reloj y recurren a sus amigos, como Max Busser, que es muy transparente acerca de quién hace cada parte, algo que, creo, supone una manera verdaderamente noble de crear relojes. Yo, por mi parte, soy un gran fan de sus colecciones Horological y Legacy. Hay quienes hacen lo mismo, pero luego utilizan un movimiento de base ETA o Dubois Depraz en gran medida modificado y añadiendo diferentes niveles de acabado para satisfacer las necesidades que se ajustan al diseño de su reloj. Entiendo que no hay absolutamente nada de malo en esto y, al final del proceso, crea un reloj independiente más asequible, aunque esto no sea siempre necesariamente cierto.
También hay independientes como Moser & Cie y F.P. Journe que fabrican sus propios movimientos en una escala más grande, aunque no tan grande como uno podría pensar. Tomemos, por ejemplo, los relojes y los movimientos que crea F.P. Journe, como el Chronometre Souverain. Hace uso de un “remontoire d’Egalite”, que es una pequeña rueda que crea fuerza constante y la aplica al escape para equilibrar, almacenar y liberar energía de modo controlado, haciendo así que se moderen las fluctuaciones en la potencia transferida. Además de eso, también incorpora un escape biaxial de alto rendimiento y un segundero muerto. La creación de estos avances tecnológicos no resulta sencilla, ni siquiera para los grandes fabricantes de relojes, pero el hecho de que fuera una invención de F.P. Journe ejemplifica perfectamente la esencia de la verdadera relojería independiente.
Existe además un grupo de élite de marcas independientes como Roger Smith, Philippe Dufour y, por supuesto, Laurent Ferrier. Incluso también incluiría a F.P. Journe en esta categoría. Todas estas marcas crean muchas de las piezas más bellas del arte relojero. Tomemos por ejemplo el Laurent Ferrier Galet Traveller, ¡es una obra maestra! Es sencillo y sutil, pero ha sido concebido y hecho realidad por un relojero que tiene talento en abundancia, y eso se siente en el resultado final. Creo que estos artesanos independientes son, en muchísimas ocasiones, quienes desafían los límites de la relojería, pero también tienen en cuenta el uso de la tecnología, asegurándose de que estos relojes se puedan reparar en el futuro. Estos delicados relojes incorporan un movimiento que está hermosamente terminado, pero se han mantenido fieles a la relojería, utilizando la menor maquinaria posible y confiando en la calidad que representa el tradicional concepto de lo “hecho a mano”.
Es exactamente este tipo de creación es lo que los coleccionistas buscan, ya que estas son piezas que captan miradas y hacen pensar, y son apreciadas ahora más que nunca. Los coleccionistas de relojes siempre han sido un colectivo inteligente, y creo que lo que está pasando en estos años es que los coleccionistas que poseen relojes de las grandes marcas quieren algo más que un reloj nuevo. Quieren que los fabricantes de relojes consideren sus deseos al crear nuevos modelos. Y esto es algo que los independientes parecen estar llevando a cabo muy bien.