Thomas Hendricks

No crecí en el mundillo de los relojes. Ni mi padre ni mis hermanos mayores llevaban reloj, y yo tampoco. Unos años después de terminar la universidad, me mudé a Nueva York para trabajar en publicidad. Allí me vi rodeado de hombres de negocios y relojes impresionantes. Quería encajar, así que me compré un reloj barato y un tiempo después algunos más. Fui aprendiendo poco a poco. Un par de años más tarde, ya se había convertido en una obsesión. Conseguí trabajo en la revista online Watchonista como redactor y publicista. "Bienvenido al mundo de los relojes", me dijeron mis compañeros, medio en broma, "¡una vez lo pruebas, ya no lo puedes dejar!". Ahora, en Chrono24, tengo el mejor trabajo del mundo presentando nuestro canal de YouTube, escribiendo para la revista y compartiendo historias de entusiastas de la relojería de todo el mundo. Y no, no tengo ninguna intención de dejarlo...