Sharmila Bertin
Año de nacimiento
1975
Nacionalidad
Francesa
Entusiasta de los relojes desde
Desde que empecé una colección de relojes Swatch, cuando tenía 10 años
Marca preferida
(Oh, por favor, no me hagan elegir...)
Primer reloj
Mi primer reloj: un Casio digital, cuando tenía 6 años
Mi primer reloj mecánico: un Omega Seamaster Aqua Terra, en 2006
Mi primer reloj mecánico: un Omega Seamaster Aqua Terra, en 2006
Reloj de sus sueños
Tengo cientos de relojes en mente, una lista de deseos tan larga como un río y una cuenta bancaria vacía...
Cuando tenía 6 o 7 años, mi padre me explicó la diferencia entre los relojes mecánicos y los de cuarzo, y me asombró que una cosa tan pequeña atada a mi muñeca pudiera cobrar vida con el simple movimiento de mi cuerpo. Mi reloj está vivo porque yo lo estoy. No sé si alguna vez encontraré una conexión tan fuerte o una relación tan íntima con algún otro objeto.
Cuando me trasladé a Suiza y empecé a trabajar en la sede de Omega hace casi 20 años, me dijeron desde el principio que, una vez que entras en el mundo de la relojería, nunca lo abandonas. Y es totalmente cierto.
Toda mi personalidad se basa en las emociones. Por eso, cuando miro un reloj nuevo, me concentro sobre todo en lo que siento por él, las emociones que despierta en mí, cómo crea esa respuesta y por qué me siento así. Es como una obra de arte: te llega al alma, aunque no siempre puedas explicar la sensación que te embarga. Este es el tipo de experiencia e historia que me gusta vivir y compartir. También me encanta la historia porque me permite entender (casi) todo lo relacionado con una marca, un reloj, un contexto y cómo evolucionan tanto la sociedad como la industria.
Cuando me trasladé a Suiza y empecé a trabajar en la sede de Omega hace casi 20 años, me dijeron desde el principio que, una vez que entras en el mundo de la relojería, nunca lo abandonas. Y es totalmente cierto.
Toda mi personalidad se basa en las emociones. Por eso, cuando miro un reloj nuevo, me concentro sobre todo en lo que siento por él, las emociones que despierta en mí, cómo crea esa respuesta y por qué me siento así. Es como una obra de arte: te llega al alma, aunque no siempre puedas explicar la sensación que te embarga. Este es el tipo de experiencia e historia que me gusta vivir y compartir. También me encanta la historia porque me permite entender (casi) todo lo relacionado con una marca, un reloj, un contexto y cómo evolucionan tanto la sociedad como la industria.