Los relojes mecánicos constituyen desde sus orígenes una de las maravillas mecánicas creadas por el hombre, aunque podrían considerarse hoy en día una tecnología arcaica, con engranajes y resortes. Este rasgo los hace, actualmente, una de las máquinas más complejas construida por los seres humanos. Dicho esto, lo que parece ser bastante simple en su aspecto y propósito general, es infinitamente más complicado en el interior. Huelga decir que un reloj de pulsera mecánico es por supuesto mucho más pequeño que la mayoría de las creaciones en que pensamos cuando hablamos de mecánica, y esto lo hace inherentemente más frágil. Usted sabe que los relojes mecánicos funcionan gracias a puentes, resortes, y muchos engranajes, y estos elementos alineados perfectamente pueden sufrir daños a consecuencia de numerosas fuerzas externas al reloj que no siempre son visibles.
Mientras que los golpes y los cambios en la temperatura pueden desempeñar una parte bastante grande, uno de los peligros ocultos más grandes para los relojes son los campos magnéticos.
Magnetismo y Precisión
Desde los tiempos del primer reloj de pulsera mecánico, el magnetismo ha sido un gran enemigo de la precisión relojera. A medida que la presencia del magnetismo artificial se hace cada vez más constante, también lo hace el potencial de los relojes magnetizados. Los efectos de un campo magnético débil son más peligrosos de lo que se podría pensar, ya que incluso un pequeño campo puede hacer que un reloj altere su funcionamiento, empujándolo, por ejemplo, unos segundos más adelante. Y los efectos de un fuerte campo magnético pueden incluso hacer que su reloj resulte más o menos inútil. ¿Dónde pueden encontrarse estos campos magnéticos? En el mundo de hoy están casi en todas partes: en altavoces, micrófonos, computadoras e incluso teléfonos móviles.
Si artículos tan cotidianos como estos pueden causar problemas, no quiero ni pensar en los campos magnéticos que pueden encontrar las personas dedicadas a la ingeniería o a diversos ámbitos científicos, ni en los efectos que estos campos tienen en sus relojes. Si bien no está completamente claro quién inventó qué en el ámbito de los relojes magnéticos a finales del siglo XIX, una cosa es segura: fue entonces cuando se comenzaron a construir los primeros relojes anti-magnéticos.
Relojes anti-magnéticos: de los principios a hoy
Si bien no está del todo claro quién inventó el primer reloj de pulsera anti-magnético, el IWC Pilot’s Watch Mark, que fue creado en 1948, fue sin duda uno de los primeros. La década de 1950 también vería a empresas como Omega (con el Railmaster), Rolex (con el Milgauss) e incluso Jaeger-LeCoultre (con el Geophysic) introduciendo sus propias versiones de relojes anti-magnéticos. Estos eran relojes tipo herramienta para diversos usos, construidos con una capa protectora de hierro dulce (también conocida como jaula Faraday) alrededor del movimiento para anular los efectos del magnetismo.
Hoy en día, la jaula de Faraday se sigue utilizando, pero en los últimos años, los materiales de relojería han mejorado tanto que la mayoría de los relojes mecánicos de fabricación suiza cumplen los requisitos mínimos de los estándares antimagnéticos. Dicho esto, los fabricantes de relojes están produciendo modelos de pulsera magnéticos que son aún más inmunes al magnetismo. Hoy en día, el reloj de Omega anti-magnético es el Seamaster Aqua Terra> 15 000 Gauss, que es resistente a >15 000 Gauss, pero, lo más importante, logra esta hazaña sin el uso de una jaula de Faraday. El movimiento (calibre 8508) está construido enteramente a partir de materiales no ferrosos, de ahí el alto magnetismo que puede soportar.
Otra marca que sigue produciendo un reloj de pulsera antimagnético es Rolex. En 1958, Rolex presentó el Milgauss, resistente a >1000 Gauss (de ahí el nombre), en colaboración con el CERN. Aún siguen produciendo el Milgauss, aunque con algunas mejoras modernas. El Milgauss todavía utiliza una jaula de Faraday, sin embargo, también encontrará la última tecnología de Rolex en el reloj, como su espiral Parachrom y otros materiales no ferrosos a lo largo del movimiento. Estas mejoras probablemente hacen que el Milgauss sea resistente también a campos magnéticos superiores a 1000 Gauss, pero tal vez Rolex ha preferido respetar la tradición del nombre.
Jaeger-LeCoultre Geophysic, Imagen: © Bert Buijsrogge
Una marca que recientemente ha reintroducido su reloj anti-magnético, y creo que es un golpe de genio, es Jaeger-LeCoultre. En 2014, Jaeger reintrodujo una edición limitada del Geophysic 1958, que toma muchas líneas de diseño del Geophysic original de 1958. Lo más importante, el nuevo Geophysic 1958 también es antimagnético. El Geophysic lleva en su interior el calibre 898/1, construido en la casa, que puede soportar golpes, y sobre todo, todavía hace uso de una caja interior de hierro dulce que protege el movimiento de los efectos del magnetismo, al igual que su predecesor vintage.
