Vacheron Constantin es mundialmente conocida por hacer relojes finos y exquisitos, aunque a menudo siento que se ignoran en favor de Patek Philippe o Audemars Piquet. Pero si usted se toma un momento para considerar la «Santa Trinidad» de las verdaderas marcas de Alta Relojería, encontrará que Vacheron Constantin es una de ellas. Fundada en 1755 por un joven relojero independiente, Jean-Marc Vacheron de Ginebra, Suiza, lo que la convierte en el fabricante más antiguo del mundo, con una fabricación continua desde su fundación. Unos quince años más tarde, en 1770, Vacheron creó sus primeros relojes de «complicación», que incluían un cronógrafo, una fase lunar y un calendario triple. En 1819, Vacheron (ahora dirigida por Jacques-Barthelemy Vacheron, nieto del fundador) como empresa sabía que necesitaba crecer y, para hacer esto, tenía que vender relojes en el extranjero, así que en ese mismo año, un hombre de negocios con el nombre de Francois Constantin —que también compartía el interés por los relojes sofisticados y complicados— se convirtió en un asociado de Vacheron. A partir de entonces, la compañía continuó produciendo relojes bajo el nombre de Vacheron et Constantin.
En 1839, Vacheron y Constatin contrató a un ingeniero relojero con el nombre de Georges-Auguste Leschot, aunque probablemente desconocido en el tiempo de Vacheron y Constantin, que se convertiría en uno de los pioneros más importantes de la industria relojera. Leschot diseñó nuevas herramientas, haciendo posible que Vacheron fabricara piezas intercambiables para relojes a gran escala, elevando la calidad de los estándares de la relojería. Leschot fue la primera persona en estandarizar los movimientos de los relojes en calibres. «Vacheron es el titular de innumerables registros de precisión de relojería, todos logrados durante una era donde se celebraban anualmente competiciones de cronometraje entre las marcas de relojes más grandes del mundo». – Paul Boutros
En 1877, Vacheron & Constantin, Fabricants, Geneve se convirtió en el nombre oficial de la compañía y, pocos años más tarde, en 1880, Vacheron & Constantin adoptó la icónica Cruz de Malta como su símbolo, que se inspiró en un componente montado en la cubierta del barril Para asegurar la fuerza más constante desde la espiral y así conseguir una mayor precisión. Tal y como sucede en la vida, nada dura para siempre y, desde la última parte del siglo XIX hasta el siglo XX, Vacheron & Constantin sufrió algunas dificultades y cambios de líderazgo, pero continuó creando relojes impresionantes, como el reloj de pulsera mecánico más delgado del mundo, El Patrimony, que medía sólo 5,25 milímetros de espesor. El 6087, que ofrecía una caja anti-magnética y resistente al agua, con un movimiento de cronógrafo de rueda de pilares y asas de cuernos, convirtiéndolo en el cronómetro más destacado de los años 50 y 60. En 1974 se abandonó el «&» de Vacheron & Constantin, y durante los años 70, Vacheron creó uno de mis relojes deportivos favoritos— el «222», que más tarde se convertiría en el ancestro de la colección Overseas.
Hoy en día, Vacheron Constantin es propiedad de la gigantesca corporación que es Richemont Group, pero este hecho no disminuye su carácter, historia o pedigrí. Sigue practicando hoy lo que hacía hace siglos, fabricando una amplia gama de relojes exquisitos que van desde los relojes elegantes, de vestir que solo muestran la hora, obras maestras con Grande-Complication, con movimientos de la casa montados y terminados a mano. Vacheron es una marca de relojes tradicionales con creencias tradicionales, que no resulta tan conocida como Patek y AP, pero para mí esto es lo que la convierte en una marca de verdaderos connoisseurs y si se toma tiempo para observar lo que la empresa ha logrado, no es nada menos que impresionante.
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